Por: Vinícius Vidoto Viero
sept 24, 2021
Estudios de caso
En primer lugar es necesario definir desde qué perspectiva se realizarán las observaciones sobre el tema, ya que la mejora continua es un tema extremadamente amplio con varios aspectos, herramientas y metodologías. Para este análisis, el enfoque estará en Lean 6-Sigma, un conocido enfoque de mejora continua y gestión de procesos, comúnmente utilizado en industrias para mejorar y adaptar sus productos y procesos a las demandas de sus clientes internos o externos. conceptos
La filosofía Lean proviene del TPS (Sistema de Producción Toyota) y se basa en 5 principios para eliminar el desperdicio, de los cuales Lean enumera 8 arquetipos. Estos principios consisten en la concepción de lo que es el “valor” desde el punto de vista del cliente (Valor), en la alineación de las actividades en la secuencia que genere el máximo de ese “valor” (Flujo de Valor), realizando estas actividades de forma continua, sin cuellos de botella ni retrasos (Flujo Continuo) y evitando, si es posible eliminando, la acumulación de “valor” que se detiene o almacena (Producción Pull) y de forma cada vez más efectiva (Perfección). Este último punto es la metodología 6-Sigma de mejora continua, conformando el Marco de Trabajo Lean 6-Sigma.
Una herramienta muy utilizada dentro de 6-Sigma es DMAIC, acrónimo de “Definir, Medir, Analizar, Mejorar y Controlar” (Define, Measure, Analyze, Improve and Control), una secuencia de acciones con un nombre autoexplicativo que tiene como objetivo, dentro de un ciclo compuesto por ellas, generar una mejora en el aspecto para el cual se decidió utilizar dicha herramienta. Al igual que otras herramientas aplicadas en la mejora continua, al final de cada ciclo DMAIC se puede (y debe) aplicar de nuevo para obtener una mejora continua de los procesos y productos.
Otro concepto que es necesario establecer es el de la eficiencia energética. La eficiencia energética consiste en obtener el mismo resultado de una determinada acción o proceso utilizando menos energía. El resultado de un proceso no debe verse afectado. Si alguna acción supone una interferencia en el resultado, no es eficiencia sino más bien un recorte. En una metáfora, la eficiencia energética no se trata necesariamente de “apagar una bombilla”, sino más bien de “apagar una bombilla que no necesita estar encendida”. Dejando de lado las figuras retóricas, es en este punto donde la conexión con Lean 6-Sigma comienza a hacerse evidente.
De esta definición de eficiencia energética se desprende que el objetivo principal de la búsqueda es reducir el desperdicio en la forma de consumir energía, ya sea eléctrica o no, manteniendo la calidad del producto o proceso involucrado; pero, para tener ganancias reales, es interesante tener presente el flujo Lean. Es necesario entender cuáles son las necesidades del cliente, qué entiende por valor dentro de la eficiencia energética, si es sólo reducir costes energéticos o si es algo más, como evaluar otras fuentes de energía para ser más sostenibles o incluso otros aspectos. energía para reducir la “acumulación” de ineficiencias energéticas. Siguiendo estos pasos y realizándolos de manera cíclica, se puede alcanzar un estado optimizado de consumo energético: la eficiencia energética.
Para comprender y mapear las medidas de consumo y eficiencia, es decir, el flujo de valor y lo que conduce al proceso de extracción, es necesario realizar diagnósticos energéticos que se pueden ver bajo el alcance de DMAIC.
El diagnóstico energético y la gestión energética tienen en su esqueleto la mejora continua. No es de extrañar que, dentro de la norma ISO 50001 (norma internacional de gestión energética), se haya creado un ciclo PDCA (Planificar, Hacer, Verificar, Actuar).
Hoy en día, es posible desglosar la estructura del diagnóstico y la forma de pensar dentro de los pasos del DMAIC. Al igual que esta herramienta, en el diagnóstico es necesario definir los lugares y límites de donde se presentará, es decir la definición del problema. Por lo tanto, es necesario realizar una medición de los índices de consumo actuales, qué fuentes de energía se utilizan, cómo se distribuyen y para qué se utiliza la energía. Con estas características se empieza a comprender el consumo en sí, así como las posibilidades de ahorro.
Las posibilidades descubiertas serán estudiadas, evaluadas y calculadas en la siguiente fase, el “análisis” en DMAIC. Aquí es sumamente importante que las medidas sean aprobadas con lo que es “valor” para el cliente. En este punto finaliza el diagnóstico energético, pero continúan las fases de la herramienta.
Ahora que se han comprendido todas las oportunidades de ahorro, calculado sus impactos y evaluado sus consecuencias, es posible proponer la implementación de mejoras que pueden requerir desde acciones sencillas, como campañas de concienciación, hasta proyectos completos de retrofit de equipos. Luego, controlar la efectividad de las medidas innovadoras a través de la gestión energética, en la que, una vez más, se pueden utilizar herramientas muy presentes en 6-Sigma, como el CEP (Control Estadístico de Procesos) para detectar anomalías en el suministro de energía.
La eficiencia energética y lo que ella implica son hilos conductores vinculados a los conceptos de mejora continua y a la filosofía Lean. Esto está en la estructuración de las normas que tratan la eficiencia energética y en el concepto mismo de eficiencia.
6-Sigma es también una metodología extremadamente robusta y profunda, que en este texto sólo menciona algunos de sus elementos, pero otros podrían ser utilizados en otros análisis. Por ejemplo, SIPOC (otro acrónimo de “Proveedor, Insumo, Proceso, Salida y Cliente”) para mapear cada proceso consumidor de energía, o herramientas estadísticas para evaluar la efectividad de los medidores de energía y la representatividad de los resultados. enfoques más diversos, como el análisis energético o Lean Energy.